¡Es lo que hay!
Cuándo hacemos las cosas por hacerlas, porque tocan, porque es nuestra obligación…¿Cómo nos sentimos? A menudo nos sentimos vacíos, insignificantes y desmotivados. A veces escuchamos expresiones como «es lo que hay», “el trabajo sólo es trabajo”, “si se tiene que hacer se hace, y punto”, “menos mal que mañana es fiesta”… Comentarios casuales que reflejan un cierto desencanto, una cierta tristeza y desilusión.
¿Podemos experimentar ENTUSIASMO en nuestro quehacer cotidiano?
La mayoría de nuestras acciones, por ellas mismas no son significativas, el sentido lo adquieren al darles un propósito. El propósito, nos guía y dota de significado cada una de las acciones que realizamos a lo largo de nuestra vida. Lo que hacemos, por sí mismo no es importante, lo que lo convierte en grandioso o intrascendente, en brillante u opaco es el significado que nosotros le damos.
Si queremos una vida plena de SIGNIFICADO, cada decisión que tomemos, cada acción que emprendamos estará vinculada a un propósito. Cuando el propósito es inspirador conectamos con nuestra alegría, entusiasmo y grandeza.
Ser constructores de CATEDRALES o apilar ladrillos es decisión de cada uno de nosotros, cada día de nuestra vida.
¿Quieres poner ladrillos o construir catedrales?
¿Qué catedral quieres construir con los ladrillos que tienes?
Hermínia Gomà
1 de Mayo 2010